Construyeron su poblado de cabañas en la cumbre amesetada del cerro de "La Mesa", y se dedicaron a la agricultura y la ganadería. Sus cultivos principales eran los cereales: trigo y cebada, y sus animales domésticos eran cabras y ovejas.
Se ha demostrado la íntima relación entre la especie humana y la música, y mientras que algunas interpretaciones tradicionales vinculaban su surgimiento a actividades intelectuales vinculadas al concepto de lo sobrenatural (haciéndola cumplir una función de finalidad supersticiosa, mágica o religiosa), actualmente se la relaciona con los rituales de apareamiento y con el trabajo colectivo.
Para el hombre primitivo había dos señales que evidenciaban la separación entre vida y muerte: el movimiento y el sonido. Los ritos de vida y muerte se desarrollan en esta doble clave. En el llamado arte prehistórico danza y canto se funden como símbolos de la vida mientras que quietud y silencio se conforman como símbolos de la muerte.
El hombre primitivo encontraba música en la naturaleza y en su propia voz. También aprendió a valerse de rudimentarios objetos (huesos, cañas, troncos, conchas...) para producir sonidos.
En la etapa que conocemos como Neolítico, el cultivo de la tierra y la domesticación de los animales marcaron una nueva forma de relación con la naturaleza que tuvo consecuencias directas en la religión.
Agricultura, ganadería y religión
(pintura rupestre de época neolítica con figuras de bueyes y pastores, -Argelia-)
Hace aproximadamente 10.000 años, surgió la agricultura y se desarrolló la ganadería, por lo que las comunidades podían producir su propio alimento. La principal preocupación de los seres humanos del Neolítico era obtener buenas cosechas y que el ganado estuviese sano y se pudiera reproducir. Por eso, la religión de los pueblos neolíticos tenía una idea central que fue muy importante en gran parte de sus rituales: la fecundidad, tanto de la tierra y de los animales como de los seres humanos.
El número de miembros de estas sociedades creció. Las nuevas actividades de cultivo de la tierra y cuidado del ganado daban ocupación a un mayor número de personas. El equilibrio que guardaban las comunidades de cazadores-recolectores, que establecía la proporción entre lo que se podía tomar de la naturaleza y lo que consumía el grupo, se modificó, porque con la agricultura y la ganadería se producía más de lo que se necesitaba para sobrevivir. La caza perdió importancia y los rituales relacionados con ella fueron desapareciendo.
Sacerdotes y calendarios
Durante el Neolítico, cobraron gran importancia el clima y todo aquello que pudiera influir directamente en las cosechas. Se realizaban rituales para atraer la lluvia, el sol o para que las plagas no afectaran al sembrado. También necesitaban conocer con precisión la época del año en la que tenía que realizarse la siembra de los diferentes productos. Por eso, crearon los primeros calendarios basados en las fases del sol y de la luna y comenzaron a realizarse las primeras observaciones de las estrellas para perfeccionar estos calendarios.
Durante este período aparecieron los primeros sacerdotes, cuya principal labor era la de mantener, acrecentar y transmitir los conocimientos de su comunidad. Ellos fueron los encargados de realizar estos primeros estudios de las constelaciones, de transmitir el saber de generación en generación y de dirigir los diferentes rituales. En Stonehenge (Gran Bretaña), perdura una gigantesca estructura de piedras que fue utilizada como observatorio astronómico hace unos 4.000 años. Se llama solsticios a dos momentos del año: uno en el que el sol parece que está en pleno esplendor y otro en el que parece en plena decadencia. Durante el solsticio de verano se producen la noche más corta y el día más largo. Durante el solsticio de invierno la situación es la inversa.
Las fiestas agrícolas
(Imágen de S. Isidro Labrador, Fuente-Tójar)
Es muy frecuente que en numerosas fiestas de las que se celebran durante la primavera y el verano en España se realicen ofrendas a la santa o santo católico del lugar. Las raíces de este acto están en muchos casos en el agradecimiento de la comunidad por haber conseguido buenas cosechas, como ocurría en el Neolítico.
También es común en muchas zonas del mundo, incluida Europa, que, en períodos largos de sequía, se saque en procesión en algunos lugares a dioses o santos protectores pidiendo que llueva.
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